Las Cruzadas

Las cruzadas son guerras motivadas por la religión  Las primeras son las que ocurren entre los años  1095 al 2091 tratando de reconquistar la tierra santa.
Estás guerras son directamente instigadas o cuando menos apoyadas por la iglesia Romana de Occidente. Después de las cruzadas a la Tierra Santa hubo otras en Europa destinadas a consolidar el poder de la iglesia católica sobre tribus paganas .  
Hubo también cruzadas contra varias formas de herejía además de  la cruzada de reconquista que comienza en el año 718 y no termina sino hasta el año 1492 con la caída del califato de Granada.
Aunque el término Cruzada se utiliza originalmente para designar a las cruzadas de reconquista de la Tierra Santa, muy pronto se extendió para incluir no solo los ejemplos que hemos mencionado hasta ahora, si no también, guerras con motivaciones similares. 
Uso el término motivaciones similares de manera muy deliberada,  anticipando que  eventualmente la religión dejaría de ser la única  ley  moral” en la medida que se avanza hacia la modernidad.En toda la historia de la civilización, la religión ha tenido un rol central en la gobernanza y las guerras religiosas han sido frecuentes.
El poder de cohesión social de la religión ha sido ampliamente estudiado.
En tiempos modernos, Daniel Dennet escribió un libro excelente llamado “

Breaking the Spell : Religion as a natural phenomenon” 
Hemos visto como Ptolomeo I manufacturó una nueva religión en la que fusionó características del culto de Apis en Egipto con atributos de dioses Griegos.
La nueva deidad; Serapis habría de ser central a la vida de Alejandría por los siglos del periodo Helenístico, hasta que fue desplazada por el Cristianismo que era la religión “Preferida de Roma” en vista de su uso por Constantino.

Mientras que el culto a Apis, los dioses Griegos, y los dioses de las culturas del Levante son probablemente nativos, mientras que los cultos  a Serapis, a los Dioses Romanos, el Cristianismo y el Islam, son religiones “manufacturadas” o adaptadas. 
Los Dioses Romanos fueron trasplantados de los dioses Griegos traídos por Virgilio en la Eneida, con adiciones locales.
​Más delante, Constantino adoptó el cristianismo y  lo organizó en una fuerza política que traería consecuencias enormes.
Con el concilio de Nicea, nace el cristianismo como una fuerza política que trasciende a los emperadores y a los reyes que la hayan adoptado independientemente de sus alianzas políticas o militares. 

En “La Ciudad de Dios”,  Agustín de Hipona, describe de manera muy apta el poder real del cristianismo como fuerza política.
​Parece como si Agustín dijera:
“arreglen sus asuntos terrenales de manera tal que ganen o pierdan, sigan participando de los beneficios de ser cristianos, en todo caso, su relación con la iglesia no cambia.”
Las cruzadas, tienen como misión primaria, reclamar para el cristianismo, tierras y conciencias que alguna vez fueron “cristianas” sin dar mucha atención a como o cuando se hicieron cristianas. 
El cristianismo siendo proselitista por naturaleza, invita a la coacción.
Las conversiones forzadas que Carlomagno impuso, no fueron únicas, pero siendo parte de un “gran plan”, su lugar en el gran plan fue claramente entendido.
Una vez que alguien ha sido convertido de manera forzada, en una o dos generaciones, el recuerdo de la religión anterior, es solamente un recuerdo y, los nuevos cristianos, están totalmente investidos en su nueva religión.
Este fue el caso de Ricardo corazón de león quien recién convertido al cristianismo, inicia la primera cruzada y con ello  un modus operandi que habría de tener éxitos y fracasos, pero que permanece hasta la fecha dentro de las “herramientas sociales” usadas por las civilizaciones  en mayor o menor grado.
Usar la religión como la “fuerza moral”  es un método bastante bueno en tanto que la gloria eterna es una tentación difícil de resistir. Si el  rey o emperador tiene (o aparenta tener) la misma convicción religiosa, el efecto final es bueno.
​La “guerra justa” siempre es definida en función de nociones de justicia trans-terrenales.​

En la actualidad, el término “cruzada” se usa mas allá del contexto de la guerra y la fuerza moral no tiene que ser “religiosa”. Hay cruzadas benignas como la cruzada contra el cáncer o negativas como cruzadas anti-ciencia.
En todos los casos, el substrato conceptual es homeomórfico.